viernes, 9 de noviembre de 2012

¿la Lactancia Materna es SIEMPRE la mejor opción?

Pues evidentemente, no.

Si la lactancia materna fuera únicamente alimentar al bebé, pues sí que podríamos decir que es siempre lo mejor, ya que muy rara vez la leche materna no es apta para el bebé. Pero la lactancia materna es mucho más que alimento, es también contacto físico y emocional entre la madre y el bebé. Esto implica que aunque la leche materna sea buena y tenga todos los nutrientes, si la lactancia materna no se establece con naturalidad y de manera sana, puede llegar a tener un efecto negativo.

La lactancia puede fracasar por muchos motivos, que no solo tienen que ver con la falta de leche, la falta de información, el dolor, la pérdida de peso del bebé...también influye la falta de apoyo que tenga la madre y el estado anímico en el que ésta se encuentra. La lactancia no viene de forma aislada, sino que se presenta en conjunto en el postparto con muchos cambios nuevos que no son fáciles de manejar. 

A veces, la lactancia (además de otros aspectos del nuevo rol de madre) supone para la madre un esfuerzo demasiado grande, o incluso fuera de su alcance. Hay lactancias más complicadas o sacrificadas que otras, y hay madres con más apoyo y seguridad que otras. Aquellas lactancias complicadas desde su inicio, donde la madre lo pasa muy mal (ya sea por el dolor o porque está todo el día con el niño al pecho y se siente agobiada) y no encuentra la tranquilidad emocional para dar el pecho, no son lactancias sanas. Dar el pecho se convierte en estos casos en una situación tensa e incluso indeseada. La madre no es capaz de disfrutar y, por lo tanto, el bebé tampoco.

En estos casos la madre debe tomar una decisión, no es bueno continuar así. Aquí es donde cobra tantísima importancia el entorno. Un marido, una familia que entienda y apoye a la reciente mamá, que la ayude a buscar alternativas. Si es por grietas y dolor, sería conveniente buscar un grupo de ayuda a la lactancia donde se cuenta con el apoyo de otras madres que han pasado por estas situaciones. Si la madre se siente agobiada porque dar el pecho la limita a la hora de tener tiempo para ella o para descansar, la pareja y la familia pueden ayudarla a buscar ese tiempo, alguien puede quedarse unas horitas con el bebé y ofrecerle alimento con cucharitas o jeringa, mientras la madre descansa. También se puede aprender a usar el sacaleches para disponer de esa leche materna cuando la madre se toma su tiempo.

Si estás intentando amamantar y sientes que hay algo que te lo impide, busca ayuda. Si después de obtener ayuda, tú y los que te rodean consideráis que es mejor recurrir a la lactancia artificial, entonces será una decisión bien tomada. Pero siempre después de obtener ayuda, de detectar cuál es el problema (porque quizás te sorprendes de que no es la lactancia lo que te hace sentir así) y de valorar las posibles soluciones. En el caso de que decidas continuar con una lactancia artificial, estate segura que tu bebé crecerá bien, que el contacto físico y emocional que ofrece la lactancia materna puedes ofrecérselo a tu hijo de otras muchas maneras, y que al fin y al cabo lo que más importa es que estéis bien.

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Una de las razones por las que creo tan necesario que ya durante el embarazo (incluso mucho antes, cuando los niños y niñas estudian en el colegio la sexualidad y la maternidad) se le de mucha importancia al estado anímico de la madre, a cuáles son sus objetivos y expectativas, sus deseos o sus miedos... es porque si ya llegamos al postparto sabiendo a qué nos enfrentamos y teniendo las herramientas suficientes para superarlo con éxito, será mucho más fácil que las mamás sean capaces de dar el pecho con seguridad y confianza.

1 comentario:

  1. Yo siempre le he dadó leche artificial, y no por ello me he sentido nunca peor madre. Hay productos de gran calidad y siempre he buscado darle lo mejor. Ordesa cuenta con grandes profesionales y gracias a ellos mi hija ha crecido sana y fuerte, y eso es lo importante.

    Un abrazo,
    Lucía

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